domingo, 24 de febrero de 2013

Entrevista/ Luis Fernando Jalil



 “Si elegís una carrera para satisfacer a otro, cuando el otro no esté vas a tener un vacío”

 

Es tucumano, tiene 31 años, es concertista de guitarra y utiliza la guitarra como instrumento solista para transmitir la música.

 

Fernando se debatía entre dos amores. Decidió llevar una relación con las dos. Todos le decían que deje a la primera, que no iba a tener futuro con ella ¡que no valía la pena! Sin embargo, él cada día se enamoraba más y más de una, en desmedro de la otra. Cada vez que pensaba en dejarla se le aceleraba el corazón.  Hasta que un día se dio cuenta que no podía continuar con esa vida, no podía vivir escindido, dividido entre su pasión y  lo que le daba, a veces, satisfacción. Se tenía que decidir por una sola… Fue en ese momento en que se decidió por una. Hoy ama y toca diariamente, 3 horas como mínimo, solamente a su verdadero amor, la música. 


¿Qué es lo que te inspira para componer tu música?

Toda mi música son situaciones que me pasaron. No soy compositor, algo tiene que pasar para que escriba. Por ejemplo, yo leí el libro “Héroes y tumbas” de Sabato y escribí una obra cuando lo estaba leyendo y la obra salió. Después cuando estaba leyendo “La República” de Platón, había descubierto algo que intentaba explicarle a mi familia y nadie me entendía, y de ese sentimiento de soledad escribí una obra que se llama “Soledad”, tengo otra que se llama “por el camino” que es un aire de chacarera y se la dediqué a mi mujer, porque ella es la que me viene acompañando.



Interpreta música instrumental en general. Ya que hay un gran repertorio tanto de música académica como de música popular para la guitarra sola.

 ¿Cuáles son los ingredientes principales de tu música?

Tengo composiciones que son momentos muy específicos de algo que me pasó, agarré mi guitarra, salió la idea y en muy poco tiempo la obra ya estaba terminada. Hubo obras que mis profesores me decían que las tenía que seguir trabajando pero cuando yo lo intentaba  veía que ya estaban terminadas. Eso en lo que es composición. Cuando elijo un repertorio, tome la decisión hace un par de años de hacer música de compositores latinoamericanos.



Fernando Jalil percibe un cambio positivo en la ponderación que tienen las carreras de arte y música hoy en Tucumán. Afirma que años antes, el que quería dedicarse al arte o la música debía hacerlo de manera correlativa a otra ocupación más rentable.


¿Cuál es la temática que más te interesa difundir con tu música?



El repertorio latinoamericano, y sobre todo, lo que son obras completas. Por ejemplo, el compositor Leo Brower  tiene estudios y obras, yo quiero mostrar los estudios que son música pero plantean un pensamiento, muestran una situación; y también las obras. No tengo decidido que autor, estoy estudiando mucho, pero quiero difundir.



No tiene un lugar específico, como taller, para tocar. Brinda clases personalizadas a domicilio. Y en la escuela en Monteros y en el colegio proporciona clases grupales.


¿Cocinas tu arte como solista o con un grupo?



No tengo banda, soy solista. Porque hay mucho para estudiar y para mostrar y, por ahora, como tengo que estudiar e investigar tanto, me quiero dedicar a eso. Si me invitan si voy a tocar.



Hace más de un cuarto de hora que estamos sentados dialogando y el sigue acalorado por arribar, al lugar acordado para realizar la entrevista, en un “colectivo sauna”. Es que la sofocación imperante de Tucumán es difícil de mitigar aún bebiendo el agua más fresca.


¿Hace cuánto supiste que la música era para lo que naciste?



 A los 18 años, yo empecé a tocar la guitarra a los 11, con un profesor que me ensañaba con el método académico. Después él se fue a Europa, estuve dos años sin estudiar y me amenazaron con que iban a vender la guitarra, entonces agarré la guitarra volví a estudiar y ahí ya me enloquecí.  Ya estaba terminando la secundaria, y tenía que decidir entre ingeniería eléctrica, que me gustaba muchísimo, y la música. Cada vez que pensaba en dejar la música se me aceleraba el corazón y decía “¡no, no, no, no, no!”. Entonces decidí estudiar música e ingeniería, aprobé todo el primer año de ingeniería pero terminé dejando. Por supuesto, tenía mucha presión de mi familia y amigos para seguir con ingeniería. Pero yo tenía que hacer música sí o sí.



Tocó en casi todas las salas de Tucumán, en bares, teatros, escuelas y donde lo invitan. Este año su proyecto es difundir la música latinoamericana fuera de la provincia y concursar en Bolivia en el mes de Abril.




¿Qué consejo les podes dar a los jóvenes que quieren dedicarse a la música, y no se animan por la presión de su contexto?



Que estudien música, eso les digo a mis alumnos, porque económicamente no hay diferencia. Y en las dos las tenés que pelear, en las dos tenés que estudiar, yo todos los días de mi vida toco 3 horas, como mínimo, no tengo vacaciones ni feriados. Económicamente no hay problema, y si elegís una carrera para satisfacer a otro, cuando el otro no esté vas a tener un vacío, que no lo va a llenar el otro, lo tenés que llenar vos. Entonces hay que animarse y hacerlo.



En compañía de su esposa y su hijo de 3 años, se dedica a fomentar el arte, enseñar guitarra en Monteros en la primera Escuela de Arte Popular y en el Colegio Educación del Talento.

¿Qué hubiese sucedido si Fernando se decidía por la otra? Hablo de la otra carrera, claro, Seguramente hoy sería Ingeniero Electrónico y ni los cables y placas podrían llenar  ese vacío, que solo la música, puede llenar en él.

Por Lic. Mirta Carolina Peralta

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